El 9 octubre, 2011

UN LETRADO DE LARGO RECORRIDO

Fernando Mir Abogado.  Ex secretario  general de la Cámara de Comercio de Granada

Ha sabido   conjugar durante una dilatada trayectoria profesional sus dos grandes vocaciones: la abogada y el mundo  de la empresa

Fernando  Mir  (Granada,   1936)   ejerce como abogado desde hace tantos años que pocas personas del  mundo de la judicatura granadina  podrían afirmar que no le conocen personal­ mente.   Igual  cabría  decir   en el  ámbito empresarial, donde Mir  ha prestado un valioso servicio   a grandes y pequeñas  firmas,  que ha sido  reconocido hace muy pocas   fechas con la entrega  de una de las medallas de oro de la Cámara de Comercio   de Granada. Y es  que Mir,  durante  este casi medio    siglo  que ha estado al pie  del cañón ­y aún se mantiene  en la brecha­  nunca  ha dejado  de conjugar sus  dos grandes vocaciones:    la de jurista  y profesional   de la empresa.

Licenciado   en Derecho por la Universidad   de Granada,  profesor en la Cátedra de Derecho Procesal,  profesor de Derecho  Industrial   en el Instituto  de Ciencias  de la Empresa,   profesor en el Colegio   de Abogados, en la Escuela de Prácticas Jurídicas   …  Su vocación   docente  le acompañó  en los primeros años de ejercicio    profesional  de la abogacía,  un mundo donde se desenvuelve     como   pez en el agua y que le ha permitido  cumplir

75 años de edad con un despacho profesional  abierto,   en el que también trabajan dos de sus  hijos.  Quienes bien le conocen,   afirman que la rigurosidad  y el perfeccionismo han marcado   siempre   esta vertiente   de su quehacer  profesional.

Ala Cámara

Pero  tan importante  como la faceta anterior ha sido  la relacionada    con el mundo  de la empresa.    Mir  ha sido durante    35  años secretario  general de la Cámara de Comercio,   por lo que ha vivido  en primera persona  distintas etapas de la entidad y ha trabajado por tanto,   con diferentes    presidentes.    Como  Francisco    Morales, Luis Curiel,   Antonio  Robles,   Sebastián Ruiz y más recientemente,     con Javier  Jiménez.  Antes de todo ello estuvo trabajando    en la asesoría jurídica de la misma    entidad  cameral, tras la que paso a vicesecretario     general  con otra conocida   figura de entonces,   Matías  Cortés,  que fue su maestro.

Como  secretario     general,    en la época comprendida  entre  1974  hasta 2008, Mir se caracterizó igualmente por su seriedad,   su rigor,  la entrega a la institución    cameral   de la que era un gran defensor.    Hay que destacar que en  ese trabajo   supo  adaptarse a las  distintos   cambios  que se produjeron,     tanto  a nivel  político coma  legislativo­franquismo,       transición    y democracia­,    pues  durante todo este tiempo  hubo vuelcos  importantes   en la entidad empresarial. Fue un  auténtico    precursor    en la adaptación   a todos ellos.  «Trabajo  con tanto amor por la Cámara que se puede decir que representa  la memoria viva  de la  institución»,     asegura  un colaborador    estrecho   de Mir.

Mir vivió también  el cambio de la sede de Acera  del  Darro a la calle Paz, después a la calle  Gracia   hasta que la Cámara   abrió  sus modernas  instalaciones   actuales,   pero no llego a tomar posesión de su despacho.

A decir   del  personal    que trabajó a su  lado  en la  institución,     Mir fue una persona que siempre   mostró un gran respeto por todos quiénes  acudían a la misma  en busca de cualquier servicio.    Y a  nivel  personal,   «era  una persona  muy cordial,   muy cercana, muy próxima a todos los compañeros de la Cámara a pesar  de que pudiera parecer lo contrario»,   manifiesta otro de sus  colaboradores.     La relación  con  el personal  de la entidad era, por tanto,  cómoda,   pues él tenía  una disponibilidad    total.  De lo que si puede dar testimonio   este periodista   en su  relación     profesional   con Mir,  es de que siempre fue muy cuidadoso con las formas, tanto en el ámbito de la propia  Cámara como en cualquier acto institucional   a los que acudía  en representación    de la misma.

Mir siempre    se preocupó  y aun hoy mantiene    ese hábito,   de estar completamente    al día de cuanto ocurría en Granada.   Contaba   con colaboradores  muy cercanos para tener siempre    información     de primera mano y no dejar  escapar ningún  detalle.   Pero también  consulta   todos los  medios  de información     a su  alcance, en especial   la prensa local.

Fuera ya del ámbito  profesional, Mir siempre  ha sido  una persona con una especial  sensibilidad   con sus amigos  y allegados.    Se  ha preocupado siempre   por los  demás y compartido sus preocupaciones.

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